EL PAIS; Montevideo, 2 de abril de 2008
Hernán Sorhuet Gelós
La iniciativa interinstitucional “Mesa Solar” puede ser un buen comienzo para generalizar el uso de la energía termo solar.
ENERGÍA DISPONIBLE
Aunque hace varias décadas que desde distintos sectores se impulsa el uso de energías alternativas, recién ahora se la está tomando en serio.
Fue necesario que coadyuvaran dos factores de fuerte impacto sobre las economías, la producción y, por ende, sobre los sectores políticos de los países, para que el tema se colocara en la agenda.
El primero es la creciente crisis energética que se vive, agravada por los precios siderales de los hidrocarburos. El segundo factor es la grave amenaza del calentamiento global de la atmósfera que pone en jaque a la humanidad.
Una de las medidas inevitables para combatirlo es reducir el consumo de los combustibles fósiles.
En este desafiante escenario y pensando en las posibilidades de nuestro país para enfrentar estos enormes retos, nos resulta particularmente interesante, detenernos un instante en el uso de la energía termo solar.
Se trata del aprovechamiento de la energía solar que llega todos los días, para producir calor.
Con ese calor fácilmente se pueden cocinar los alimentos, calentar el agua para uso sanitario de nuestros hogares –en sustitución del calefón eléctrico- y para alimentar un sistema de calefacción de las viviendas del tipo de la losa radiante.
Otras aplicaciones muy útiles de la energía solar térmica son su uso para climatizar ambientes, precalentar agua para ser utilizada en procesos industriales, y para hacer funcionar piscinas climatizadas o cubiertas.
Desde luego, es obvio que el uso de la energía termo solar no es la solución al problema, ni mucho menos. Pero sí es una ayuda interesante, considerando su fácil y barata aplicación, su versatilidad de usos, lo limpia que resulta, y el hecho de ser inagotable.
El Sol envía parte de su energía en dirección a nuestro planeta como ondas electromagnéticas en forma de fotones. Viajan a la velocidad de la luz, por lo cual tardan solamente 8 minutos en llegar a la Tierra.
Esta energía diaria que nos alcanza, desde luego es aprovechable. Su poder calórico no es nada despreciable. Recordemos lo caliente que se pone la carrocería de un automóvil al sol en el verano.
Desde hace tiempo está disponible una tecnología práctica y económica capaz de aprovechar esta energía, especialmente en los hogares, en instituciones, hoteles, etc.
Mediante el uso de paneles solares térmicos o colectores de energía, se capta la energía solar, absorbiendo parte de ella en forma de calor, y pasándosela al agua para su utilización. El agua caliente se puede usar directamente o ser almacenada para su utilización posterior.
Estos sistemas generalmente incluyen un apoyo con energía convencional para asegurar la calidad y practicidad del servicio.
Por lo tanto, uno de los objetivos de su uso es justamente alcanzar una buena complementariedad con la energía convencional, reduciendo el consumo de esta última y abaratando costos.
En la situación que nos encontramos parece lógico que el Estado deber promover la instalación masiva de sistemas de uso de la energía termo solar, en condiciones accesibles, revirtiendo la promoción del consumo de electricidad que realizara años atrás, a través de la venta de electrodomésticos y de iluminación de frentes de edificios.
Llegará el día en que será obligatorio la instalación de sistemas de aprovechamiento de la energía solar térmica en todas las nuevas construcciones.